lunes, 5 de septiembre de 2011

El narcisismo ¿qué es? (IV) Valoración final de Kohut y Kernberg sobre el trastorno narcisista de la personalidad


Ambos autores cuestionan la teoría psicoanalítica tradicional y a su vez, entre ellos también presentan diferencias significativas. Exponemos a continuación las aportaciones más importantes.


a) Diferencias con la teoría psicoanalítica tradicional

1. Para Kohut el estudio del narcisismo presenta una línea independiente de desarrollo dentro de la personalidad. Es decir, el narcisismo no es el resultado o un subproducto de otro fenómeno, la libido, sino que tiene importancia por sí mismo.


2. Tampoco se trata, como supone Freud, de una energía interna sino de un fenómeno afectivo que se produce por el vínculo interpersonal. Para ambos autores el contexto familiar va a ser fundamental en el desarrollo del sujeto. Así, según Kohut, la relación amorosa de los padres "carga" al hijo con el amor hacía sí mismo, base de la confianza y la alegría de vivir. Desde esta perspectiva, Kohut es heredero del trabajo de Lacan (1949) acerca del estadio del espejo como formador del yo. Para Kohut, el niño necesita la mirada de la madre para robustecer la imagen de sí-mismo y adquirir seguridad a través de la idealización externa. Kohut otorga al narcisismo el papel fundamental que desempeñan otras categorías en la teoría clásica (por ejemplo, el complejo de Edipo).


3.Según Kohut el narcisismo existe durante todo la vida y no sólo en una etapa del desarrollo. Las implicaciones clínicas de tal planteamiento son muy importantes. Así, el analista ya no espera que el paciente renuncia a su posición narcisista en favor de un amor de objeto (relación con otra persona), sino que debía llevar el análisis de una manera tal que facilitara la transformación de las formas de narcisismo arcaicas en otras más maduras.


4. Para Kohut el narcisismo per se es el "combustible" normal de la formación de estructuras. En este contexto, la patología no es una patología del narcisismo, sino de las estructuras del yo, que se manifiestan a través de diferencias, defectos o estructuras defensivas.


5.En la obra de Kohut no se encuentra referencia al "aspecto tanático" del narcisismo o a la pulsión de muerte. En sus trabajos no hay lugar, por ejemplo, para la envidia, la destrucción, etc, Sin embargo, tal vez mezcla dos problemas: es necesario el amor a uno mismo, pero otra cosa diferentes es el deseo de destrucción. A pesar de una correcta respuesta empática, ni la mejor crianza del mundo puede evitar en el hijo los celos o la arrogancia narcisista.


6. Kohut rompe con el postulado básico del psicoanálisis "el complejo de Edipo". Para él no es necesariamente una etapa angustiosa o de gran ansiedad. Los conflictos edípicos dependerán para su resolución de cómo se hayan estructurado primitivamente los objetos sí-mismos. Así, un niño expuesto a respuestas de padres psicológicamente sanos y capaces de responder empáticamente a su desarrollo no experimentará en la fase edípica una angustia de castración significativa. (Kohut, 1984). Por tanto, es fundamental el papel que representan los padres. No tanto lo que hacen sino lo que son. En definitiva, Kohut aunque no descarta los determinantes innatos, presta, sin embargo especial importancia a las relaciones con los padres y en concreto con la madre.


7. A partir de las nuevas aportaciones, no es tan importante la angustia de castración como la "angustia de desintegración" (Kohut, 1977, 1984). Es la angustia más profunda que la persona pueda experimentar. Se trata de una pérdida específica, la amenazadora pérdida de las respuestas del objeto sí-mismo empático que mantienen la cohesión del yo. Ante el temor al abandono del objeto sí-mismo empático, teme la pérdida del propio sí-mismo humano, Kohut (1978) lo expresa gráficamente como el deseo de los astronautas de "reunirse con la tierra". La angustia de desintegración descansa en al temor de verse privado de modo permanente de "sentido humano, contacto humano, experiencia humana". Y ese temor es aún mayor que el temor a la muerte.


8. Se suele decir que Freud hacía la tragedia casi inevitable. Sin embargo, para Kohut los sentimientos de culpa edípicos son evitables si la tragedia temprana logra ser mantenida dentro de ciertos límites y si el yo narcisista se encuentra a sí mismo en el espejo del amor. El individuo culpable edípico de Freud, es para Kohut el producto de una falla narcisista en una edad temprana. Si esta falla no existe, los conflictos edípicos de los niños de 3 y 5 años serán fases transitorias predominantemente placenteras que no dejarán tras de sí sentimientos de culpa importantes, si es que con anterioridad se ha desarrollado un yo sano. Por tanto, la teoría de Kohut abre al individuo la posibilidad de un futuro libre de conflictos edípicos. En definitiva, sustituye una teoría psicológica fundamentada sobre el "conflicto" por otra basada en el "deficit".

En otros términos se suele explicar, afirmando que sustituye el "yo culpable" (centrado en la problemática edípica) por el "yo trágico". El "hombre trágico" afanándose en la búsqueda de sí-mismo, se regocija y alegra con sus creaciones, mientras que el "hombre culpable" se embarca en la búsqueda del placer para reducir sus conflictos internos.



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