martes, 20 de septiembre de 2011

El narcisismo ¿qué es? (VIII d) Definición del trastorno narcisista de la personalidad. Exhibicionismo


"Al "motorolo" le importa un pimiento, aunque sea del Piquillo, que el resto de la Humanidad se entere de sus gozos y desdichas, es más, le gusta"

Alfonso Ussía



Alfonso Ussía (1994) en su análisis de la sociedad española actual, describe una nueva especie de la fauna humana, el homo sapiens inalambricus, que según él habita especialmente en la región del AVE y se caracteriza por florear todas sus pasiones y sentimientos en público. No sólo no tiene ningún tipo de pudor, sino que le encanta exhibir sus penas y alegrías ante su posible auditorio.

Como afirma Rycrocft (!972), el narcisismo puede ser definido como la conducta motivada por el placer de ser admirado. Según Kohut (1966), el exhibicionismo narcisista es la expresión clínica de la necesidad infantil de admiración que se traduciría en el excesivo deseo o necesidad de atención y admiración, en una tendencia a presentarse como único y exclusivo (Svrakic, 1987b). Las personas narcisistas se caracterizan porque su actividad se dirige primeramente a obtener el máximo de aclamación y aprecio, y sus motivaciones para trabajar son exhibicionistas (Svrakic, 1986b). Por ello , tales sujetos presentan una actitud especial hacia la ocupación social, eligiendo profesiones en la que puedan recibir gratificaciones públicas (Akhtar Y Tompson, 1982).

El exhibicionismo fomenta la competitividad y el destacará llamando la atención sobre los demás. De la “lucha de clases” de generaciones pasadas se ha pasado a la lucha de “todos contra todos”. El éxito ahora pasa a tener un significado psicológico: la búsqueda de la riqueza no tiene más objeto que excitar la admiración o la envidia En el fondo se pretende más ser envidiado que respetado.

La personalidad narcisista para aceptarse a sí misma necesita alimentarse de constantes valoraciones y confirmaciones positivas de su entorno. Por ello, esa devolución positiva del ambiente es buscada o mejor dicho va a ser pretendida de cualquier manera. Muchos artistas o políticos reflejan esta experiencia cuando después de un cierto éxito han pasado al olvido y expresan como necesitan recuperar ese aplauso y aclamación del público. No es extraño que muchos realicen lo que sea con tal de salir en los medios de comunicación social. Como afirmaba un paciente en una sesión terapéutica “lo que quiero es que los demás hablen de mi aunque sea para criticarme”.

Se suele describir como ejemplo de esta dimensión exhibicionista el personaje del “Casanova” de Fellini. Según el profesor H. Bleichmar (1991), hay una secuencia que lo refleja claramente: Casanova es empujado, ante la presencia de los asistentes a una fiesta, a competir con un criado para determinar quién se capaz de tener más relaciones sexuales en un tiempo determinado. Toda la gimnasia sexual del héroe se realiza sin ningún goce erógeno y, al finalizar la competición en la que resulta triunfador, es patético el contraste entre su júbilo narcisista y el dolor del su compañera ocasional, simple medio para probar la superioridad narcisista de Casanova.

Esa necesidad de continua aprobación exige un gran esfuerzo. El yo grandioso es un insaciable “consumidor” de experiencias externas (Svrakic, 1989). De tal manera que ningún detalle puede quedar olvidado: desde preocuparse por la apariencia corporal hasta la lectura del último autor de moda. No olvidemos que su objetivo no es el “ser” sino la “pose”. Tiene miedo a su interior, a profundizar en sí mismo y, por ello, sólo le preocupa la apariencia. Esos esfuerzos conllevan un costo psicológico que aumenta la debilidad y fragilidad de la persona narcisista.


(Texto extraído del libro ¿Qué es el narcisismo? Autor José Luis Trechera)

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