lunes, 12 de septiembre de 2011

El narcisismo ¿qué es? (VII) El narcisismo normal y el patológico


"La autoestima no es mirarse al espejo, ni mirarse el ombligo, es un encuentro gozoso con uno mismo".

E. Ibañez


Diferencias entre el narcisismo normal y el narcisismo patológico

Solía afirmar Kohut que el narcisismo se ha cargado culturalmente de una connotación despectiva. Así, por ejemplo, se suele afirmar de alguien que es "narcisista", con el objetivo de ridiculizarlo, rebajarlo o descalificarlo. El adjetivo "narcisista" casi equivale a un insulto y en cambio, se dice, que "tiene amor a muchas cosas", para elogiarlo. De esta manera el narcisismo se convierte culturalmente en un juicio de valor.

Por tanto, podemos preguntarnos si es exclusivamente patológico el narcisismo. ¿Habrías un narcisismo sano o todo narcisismo es perjudicial o patológico?

El mismo Freud ofrece una valoración positiva del narcisismo como estructurante de la personalidad. Para él, el narcisismo no es sólo una etapa evolutiva sino también una estructura estable del ser humano que permanece narcisista, aún después de haber hallado el objeto (la persona amada). Es decir, para Freud el narcisismo o amor de uno mismo constituye un fenómeno nunca terminado, probablemente, se inicia en la vida prenatal y nos acompaña hasta el último día de la vida. Así en lo obra "Totem y tabú", Freud (1913) se refiere al estadio narcisista y afirma, que no está en condiciones de describirlo pero expresa que tal organización no será nunca abandonada; el ser humano permanece narcisista, aunque haya encontrado objetos externos (personas) con los que pueda vincularse.

Desde esta perspectiva, el narcisismo es asimilado a un "cimiento" que permite al yo conservar su "coherencia". Profundizará en esta idea Kohut (1971), para quien el narcisismo no será exclusivamente una defensa del sujeto, sino que lo planteará como una "fuerza motriz", y así se mantendrá en cada persona un "tono narcisista" a lo largo de la vida. A veces se tiene la tendencia de considerar al narcisismo únicamente bajo el aspecto negativo. No en vano, la mayoría de las ocasiones se utiliza el término relacionado con la patología: se habla de personalidad narcisista, de resistencia narcisista, etc.

Según Caruso (1979) el narcisismo es un estado transitorio normal. Por tanto, ¿qué entender por patológico? El "autismo" sería una perturbación que hace a las personas incapaces de amar. Cuando el narcisismo no es una etapa transitoria, y conduce exclusivamente al amor a sí mismo, es señal de que hay una perturbación y presenta rasgos autísticos. Desde esta perspectiva el narcisismo sería un tránsito, una evolución, es decir, un estado no cerrado en sí mismo.

Para Caruso el narcisismo cumpliría la función de una "escuela de la vida", el primer narcisismo sería una "escuela de amor". Ahí tendría sentido la expresión evangélica de "amor al prójimo como a ti mismo". Si se presenta una evolución normal, conduce a la aptitud para la comunicación amorosa y no agresiva. De manera que, así como es el amor a sí mismo del narcisista, así será el amor al prójimo.

En la misma línea Kernberg (1974a) distingue entre el narcisismo infantil normal y el narcisismo infantil patológico. El narcisismo normal se distingue del patológico en la infancia por las notas siguientes:


a) Las fantasías grandiosas del niño normal, sus esfuerzos por controlar a la madre y por seguir siendo el centro de la atención de todos, tienen un fundamento mucho más real que en las personalidades narcisistas.


b) La exagerada respuesta del niño normal ante las críticas, el fracaso y las recriminaciones, así como su necesidad de constituirse en el centro de la atención, la admiración y el amor, coexisten con simultáneas manifestación de auténtico amor y gratitud, así como de sincero interés por otras personas, en los momentos en los que no está frustrado. En consecuencia, el niño normal es capaz de realizar poco a poco la separación de la madre que experimenta el narcisista para lograr su individuación. De ahí, la incapacidad para establecer relaciones o interactuar con los demás que reflejará el sujeto narcisista, ya que toda la relación es interdependencia.


c) El narcisismo infantil normal se pone de manifiesto en exigencias derivadas de necesidades reales. Las demandas de la personalidad narcisista son excesivas, imposibles de satisfacer y, por lo general, secundarias a un proceso de destrucción interna de los suministros recibidos. Es decir, de tal manera exige que satisfagan sus necesidades que no hay persona capaz de llevarlo a cabo, por lo que el sujeto narcisista elimina, ya que no le sirve, a aquél de quien puede recibir la ayuda.


d) La frialdad y el retraimiento de los pacientes narcisistas en los momentos en que no ejercitan su encanto social, su tendencia a desestimar a los demás salvo cuando los idealizan temporalmente como posibles fuentes de suministros narcisistas y el desprecio y la desvalorización que prevalecen en sus relaciones, contrastan abiertamente con la calidez que caracteriza las tendencias egocéntricas del niño pequeño normal.


e) Las fantasías narcisistas infantiles de poder, riqueza y belleza, que normalmente surgen en el periodo pre-edípico, tienen como objetivo la posesión exclusiva de todo lo que hay de valioso y digno de envidia en el mundo. El niño normal no necesita que todos le admiren por ser el exclusivo poseedor de esos tesoros, mientras que esa fantasía es típica de las personalidades narcisistas. Las fantasías del niño normal están asociadas al deseo de que la adquisición de esos valores lo convierta en algo digno de amor, y aceptado por aquellos a quienes ama, y por quienes necesita sentirse amado.


f) En definitiva, el narcisismo normal presenta una capacidad para establecer profundas relaciones de objeto (con otras personas), mientras que el narcisismo patológico destaca por el deterioro de la capacidad para establecer relaciones objetales.


La tragedia de las personalidades narcisistas reside en que la capacidad de gozar de la vida, en un proceso que implica una identificación cada vez mayor con la felicidad y los logros de los demás, está totalmente fuera de su alcance. De ahí que afrontar el tratamiento del narcisismo patológico puede beneficiar al paciente durante todo el tiempo que le queda por vivir.

[...]

Sin embargo, el lenguaje es la herramienta que tenemos para comunicar los conceptos. Queramos o no el término narcisismo no suena bien culturalmente. Narcisismo es sinónimo de ensimismamientos, egocentrismo, amarse a sí mismo con exclusividad, etc. El narcisista se quiere tanto que sólo le interesa él mismo, de manera que los demás son sólo instrumentos para conseguir sus deseos o meros espejos, en donde pueda ver reflejada su propia perfección o belleza.


Aunque el término se ha puesto de moda en los últimos años¡, su historia se remonta a algunos años atrás. Ya en 1890 W. James planteó su famosa "ley", según la cual la salud psíquica depende de cómo uno se vea a sí mismo. W. James trabajó para lograr determinar cuál sería el nivel de autoevaluación personal y empleará en ello como términos sinónimos, el "autosentimiento" o la "autovaloración". Para él la posición que ocupa la persona en el mundo, que lógicamente ser verá afectada por las experiencias de éxito o fracaso, es la que determina la autoestima. A fin de cuentas, para W. James la autoestima se podría expresar según la siguiente fórmula:


Autoestima = Éxitos

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Pretensiones


Es decir, para W. James nuestra autopercepción o autoestima en este mundo depende de lo que nos propongamos ser y realizar. De ahí que para mantener un buen equilibro, puede ser eficaz renunciar a las pretensiones como verlas satisfechas. En este planteamiento no hay que pasar por alto el cómo nos veamos respecto a los otros, ya que en nuestra autoestima o autovalía, va a ser fundamental la percepción que tengamos del lugar que ocupamos en relación con otros, que tienen más o menos los mismos conocimientos y habilidades que nosotros. Cada uno ya puede marcar sus niveles de pretensiones, que no necesariamente tienen que coincidir con los demás. Ahora bien, si el sujeto establece una comparación y se siente inferior, entrará en una dinámica en la que tendrá que distorsionar la fórmula, de modo que necesitará obtener más éxitos, o modificar el nivel de pretensiones.

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(Texto extraído del libro "¿Qué es el narcisismo?" Autor José Luis Trechera)

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