Las energías del segundo chakra necesitan crear vida, "mover la tierra", dejar una impresión o contribución en el continuo de la vida. A diferencia de la inspiración, que es cualidad del séptimo chakra, la energía creativa es esencialmente física, terrenal, está conectada a la tierra. Es la sensación de estar físicamente vivo. La energía del segundo chakra nos proporciona los instintos e intuiciones básicos para sobrevivir, como también el deseo de crear música, arte, poesía y arquitectura, y la curiosidad para investigar la naturaleza en las ciencias y la medicina. La energía creativa nos atrae hacia un diálogo interior con los polaridades del yo, nuestras inclinaciones conflictivas, y nos impulsa a formar relaciones para resolver esas polaridades.
La energía creadora nos saca de las modalidades habituales de comportamiento, pensamientos y relaciones. El hábito es un infierno al que se aferran las personas con el fin de obtener corriente del cambio. Pero esta energía creativa desafía la repetición del hábito. Estas dos fuerzas, la repetición y la creatividad, están reñidas entre sí dentro de la psique humana y nos impulsan a dar un sentido personal y otra forma al caos de nuestro mundo.
La energía del segundo chakra es uno de los principales recursos para hacer frente a los acontecimientos cotidianos, ofreciendo soluciones creativas a los problemas mentales, físicos y espirituales. La obstrucción de esa energía puede dar origen a problemas de impotencia, infertilidad, infecciones vaginales, endometriosis y depresión. También obstaculiza nuestra maduración espiritual, como si dijera: "Ya no quiero ver más, no quiero profundizar más, no quiero participar en el proceso de aprendizaje de la vida." Si se le permite circular, la energía creativa actuará continuamente para dar otra forma a nuestra vida y revelarnos más sobre porqué las cosas ocurren como ocurren de lo que podríamos entender solos.
Una mujer llamada Kate vino a verme para que le hiciera una lectura después de que su marido muriera en un accidente de coche a los treinta y tantos años. Ella se quedó sola para mantener a dos hijos, con opciones aparentemente mínimas para arreglárselas en la vida, ya que no tenía ningún tipo de educación formal ni habilidades. Me dijo que sencillamente no le quedaba ni un ápice de energía para "continuar viviendo".
Era evidente, para mi y para ella, que sufría una depresión. Durante la evaluación vi que tenia un quiste ovárico benigno, del cual ella aún no sabía nada. Hablamos de la importancia de dejar atrás el pasado y encontrar un motivo para continuar, pero eso Kate le parecía abrumador. Le dije que fuera a ver a su médico para que le examinara el quiste, y también que hiciera alguna pequeña tarea que representase su intención de reconstruir su vida. Tenía que visualizar que esa tarea aportaba nueva energía a su vida. Que tuviera un quiste en el ovario no era sorprendente, porque no sólo había perdido a su compañero sino también una forma de vida, y se encontraba ante el problema de su capacidad para sobrevivir física y económicamente. La supervivencia es un tema importante del segundo chakra.
La tarea que eligió para simbolizar su nuevo comienza fue plantar flores, que representarían una nueva vida. Cada vez que plantaba una flor, decía: "Éste es un nuevo comienzo para mí y mis hijos." Día a día fue trabajando más conscientemente en atraer la energía al presente. No se permitía pensar demasiado en la vida que había llevado con su marido. También fue al médico para que la examinara. El médico le confirmó que tenía un quiste benigno en el ovario. No estaba en peligro inmediato, le dijo, pero tenía que controlárselo periódicamente. Entonces ella añadió otra tarea a la de plantar flores. Cuando quitaba malas hierbas en el jardín, decía: "Me estoy quitando el quiste del cuerpo."
Al cabo de seis semanas comenzó a tener ideas acerca de cómo obtener ingresos. Siempre había sido buena para las actividades domésticas, como cocinar y coser, para jamás se le había ocurrido ganarse la vida con esas habilidades. Entonces, un día la llamó una amiga para decirle que acababa de torcerse la muñeca y que tenía que coser todo el vestuario para una producción del teatro de la localidad; ¿podría encargarse ella de ese trabajo?
Kate aceptó, fue al teatro, recibió las instrucciones sobre los trajes y vestidos y volvió a casa con la tela y las medidas. Cuando miró los diseños comenzó a imaginar modificaciones y vio dónde podría hacer mejoras. Llamó a la persona encargada del vestuario y le sugirió algunas modificaciones, que fueron aceptadas. El vestuario fue un éxito. Poco después empezó a recibir peticiones para que colaborara en otros proyectos teatrales y trabajos de diseño personal.
Finalmente Kate abrió su propio taller de diseños y tiene un próspero negocio. El quiste en el ovario se disolvió. Ha recomendado a muchas personas que cuando se sientan en un callejón sin salida y necesiten comenzar de nuevo, planten flores en un jardín mientras piensan: "Esto que planto es una idea creativa para mi vida."
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