jueves, 18 de marzo de 2010

El segundo chakra: El desafío de administrar la energía sexual (III)


Sonriendo, ella confirmó que le habían hecho una histerectomía. El resto de las imágenes, me dijo, adquirirían sentido cuando me contara la historia.
Linda y su marido, Steve, habían sido novios en el instituto a comienzos de los años sesenta. En aquel tiempo todavía era raro que los adolescentes se relacionaran sexualmente. Ella reconoce que temía el momento en que su relación con Steve se hiciera sexual, porque a los dieciséis años le habían diagnosticado que tenía subdesarrollados los órganos sexuales (lo cual explica por qué recibí la imagen de una niña). Le era imposible tener ciclos menstruales normales y mucho más un embarazo. Le avergonzaba sufrir ese trastorno y no se lo dijo a Steve. Temía que si él se enteraba de que no podía tener hijos no se casaría con ella, porque no era una mujer "normal". A lo mejor incluso dejaba de encontrarla sexualmente atractiva. No tenía ni idea de si podría tener relaciones sexuales con un hombre, pero deseaba muchísimo casarse con Steve.
En esa época, Linda se había aficionado a tocar el dulcémele (salterio), un instrumento de cuerda popular en Estados Unidos. Steve le hizo uno y se lo regaló la noche que se graduaron. Esa noche hicieron el amor. Ella no le contó su secreto, le aterraba la idea de que, de alguna manera, él descubriera alguna anomalía durante el acto sexual, que para ella era el primero.
Mientras hacían el amor Linda comenzó a jadear, no tanto de pasión como por temor. Al mismo tiempo repetía mentalmente una oración, pidiéndole a Dios que les permitiera estar juntos toda la vida. En medio de esta mezcla de fervor espiritual y amor sexual, notó una oleada de energía que le recorrió todo el cuerpo y pasó al de Steve. Sintió como si ambos se hubieran convertido en un solo sistema energético, y en ese momento estuvo segura de que se casarían, aunque ella no pudiera tener hijos.
Pero a la semana de esa potente noche de graduación, Steve le anunció que deseaba marcharse por un tiempo, solo. Lo repentino de esa decisión, unido a la nueva intimidad entre ellos, la convenció de que se marchaba porque ella funcionaba mal sexualmente. Creyó que él no deseaba estar con ella, y que dejar la ciudad era su manera de decírselo. Se despidieron.
Transcurridos cuatro años, cada uno se casó con otra pareja. Curiosamente, los dos se casaron el mismo mes. Si bien Linda deseaba dar lo mejor de si misma a su matrimonio, nunca había dejado de amar a Steve. En realidad, cuando se casó ya no le importaba si su incapacidad para tener hijos o llevar una vida sexual normal representaría un problema para un hombre, ni siquiera para su marido. Al año y medio de estar casada le hicieron una histerectomía porque se le estaba desarrollando un tumor en el útero.
Cuando se casaron, Linda como Steve se trasladaron a ciudades distantes de su ciudad natal. Los dos matrimonios duraron cinco años y, por increíble que pueda parecer, los dos se divorciaron con una semana de diferencia. Y los dos volvieron a su ciudad natal el mismo mes. Durante todos los años no se habían visto ni tenido contacto con anteriores amigos comunes.
Después de regresar a su ciudad, Linda se encontró en apuros económicos, tanto que tuvo que empeñar todas sus cosas de valor, entre ellas el preciado dulcémele, su último vínculo con Steve. Dos horas después de que Linda saliera de la casa de empeño, entró Steve a empeñar algunas de sus joyas. Vio el dulcémele y preguntó cuánto tiempo llevaba allí. Cuando le dijeron que la persona que lo había llevado prácticamente acababa de salir de la tienda, él salió a buscarla, dulcémele en mano. Esa noche Linda y Steve se reunieron y desde entonces no han vuelto a separarse. Cuando él vio el dulcémele, le dijo, al instante su cuerpo se saturó del recuerdo de ella y se sintió invadido de amor. Comprendió que se encontraba en un apuro económico desesperado, porque si no jamás lo hubiera empeñado.
...

2 comentarios:

  1. Haidee:

    Me llama la atención la parte donde mencionas lo de que ella desarrollo un tumor en el útero. ¿Sería como consecuencia del problema que tenía de su temor al contacto sexual?

    Muy intersante lo que expones aquí.

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  2. ¡Hola! martuchis: mis conocimientos,no tanto en este caso en particular, pero si en otros, así lo confirman. Pero la verdad nunca es absoluta, algo a tener en cuenta.
    Gracias de nuevo :)
    Un abrazo

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