martes, 16 de noviembre de 2010

Meditación y/o psicoterapia (VIII)


Shambhala sun: Dice usted que las razones son complejas y estoy seguro de que lo son, pero ¿podría al menos, mencionar algunas?
KW: Veamos una que tal vez sea la más interesante. La historia primitiva de las Iglesias estuvo dominada por los pneumáticos, "aquellos en los que el Espíritu está vivo", personas que tenían una experiencia directa de la espiritualidad, de la conciencia crística. ("Deja que la conciencia esté en ti como lo estaba en Cristo"). En este sentido, podríamos decir que el Nirmanakaya de cada pneumático realizón el Dharmakaya de Cristo a través del Sambhogakaya del fuego transformador del Espíritu Santo. Lo cierto, en cualquier caso, es que se trataba de personas que experimentaban el Espíritu de un modo muy vivo, muy directo y muy inmediato.
Al cabo de cientos de varios cientos de años, sin embargo con la codificación del Canon y el Credo de los Apóstoles, la experiencia real acabó viéndose sustituida por una serie de creencias. Pero los pneumáticos y los profetas no podían se controlados y la Iglesia fue transformándose lentamente en la ekklesia, la asamblea gobernada por el obispo local, el detentador del "dogma correcto". A partir de entonces, la Iglesia dejó de ser la asamblea de los realizados y se convirtió en la asamblea de los obispos.
Esta situación acabó legalizándose con Tertuliano, y con Cipriano la espiritualidad quedó finalmente ligada a la oficina legal de la Iglesia. Entonces fue cuando el sacerdocio pasó de las manos de las personas despiertas a los simples funionarios. El sacerdote ya no era el santo (sanctus) que había despertado y alcanzado la iluminación, sino alguien designado por la burocracia oficial. Del mismo modo, la "salvación" ya no dependía del hecho de despertar, sino de comulgar con los sacramentos legales. Como dijo Cipriano:"Quien no tiene a la Iglesias como Madre no puede tener a Dios como Padre".
Y esto complicó muchísimo las cosas porque, a partir de ese momento, los únicos gestores de la salvación pasaron a ser burócratas. Y fueron ellos precisamente los que acabaron prohibiendo que cualquiera pudiera tornarse uno con Dios. ¡Se acabó esa historia de la Unidad!.
Shambhala sun: ¿Y eso por qué ocurrió?
KW: Simple y llanamente a causa del poder político. Porque, como usted sabe, la experiencia mística tiene la mala costumbre de no necesitar obispos ni intermediarios de ningún tipo. Como usted ve, el motivo es el mismo, a fin de cuentas, por el que las grandes empresas petrolíferas no parecen estar muy a gusto con la energía solar.
En tal caso, quien osara afirmar que estaba directamente conectado con Dios, no sólo era culpable de haber vulnerado las leyes de la Iglesia y de haber incurrido en una herejía religiosa (un pecado por el que su alma podría condenarse eternamente), sino también de traición política (un delito que podría ser castigado con el descuartizamiento).
Por todas estas razones el summun bonun del despertar espiritual (la identidad suprema entre Atman y Brahman o entre la mente ordinaria y el Espíritu) acabó convirtiéndose oficialmente en uno de los tabúes de Occidente durante unos mil años. Es cierto que todas las corrientes mencionadas por usted, desde el neoplatonimo hasta el hermetismo, han seguido presentes, pero no lo es menos que han sido muy marginadas. Es por ello que Occidente ha producido tantos místicos del nivel sutil (Sambhogakaya,), que afirmaban la posibilidad de unión entre el alma y Dios, tan pocos del nivel causal (Dharmakaya) y menos todavía del nivle no dual (Svabhavikakaya), que no sólo hablaran de la unión sino de la identidad suprema entre el alma y Dios en la Divinidad pura, pues esa afirmación bien podía constarles la vida.
Shambhala sun: ¿Cuál es, en su opinión, la relación existente entre el concepto de "reminiscencia" según Platón y la iluminación? Desde que leí el Menon he pensado que eran idénticos, pero lo cierto es que no lo tengo muy claro.
KW: Si, yo creo que existe una relación muy estrecha entre ambas cuestiones. Si suponemos que cada ser sensible posee ya la mente del Buda y si estamos de acuerdo en que la iluminación no consiste tanto en alcanzar esa mente como en reconocerla, deberíamos afirmar que la iluminación se base en el reconocimiento de la mente de Buda o en el recuerdo de la Vacuidad pura.
Dicho en otras palabras, resulta tan imposible alcanzar la naturaleza de Buda como alcanzar nuestros pies. Lo único que nosotros podemos hacer es mirar hacia abajo y darnos cuenta –o mejor dicho, recordar– que ya tenemos pies, para lo cual, en ocasiones, resulta de gran utilidad que alguien nos lo señale. En este sentido, los maestros zen están muy dispuestos a ayudarnos ya que, cuando alguien dice: "Yo no tengo ningún pie", el maestro no dudará en pisarle e increparle diciéndole: "De modo que no tenías pies ,¿eh?".
El "ejercicio capital" no apunta hacia algo de los que carecemos y debamos conseguir, sino que señala hacia algo que se halla total y completamente presente ahora mismo, pero de lo que tal vez nos hayamos olvidado. La acepción más básica de la iluminación se refiere a este simple recuerdo, reconocimiento o percepción que nos lleva a advertir que nuestra conciencia simple, clara y omnipresente, tal cual es, es ya la Pureza primordial. En ese sentido, el despertar no es más que un simple recuerdo.
(Idem)

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