lunes, 17 de mayo de 2010

Apreciación. Viviendo con la verdad (II)


El camino espiritual comienza al darse cuenta de que nuestra vida y la de todos los seres sintientes tiene valor y merece respeto. Cada ser humano tiene cuerpo, mente y la energía vital para usarlos de manera provechosa. Se puede ser feliz y ser útil a los demás de muchas maneras diferentes. El poder apreciar estas oportunidades es la clave de una existencia plena de sentido.
Nuestro cerebro y los circuitos neuroquímicos prosperan en la apreciación. La investigación científica muestra que así como la adquisición de nuevas destrezas estimula la producción de neuronas, generar sentimientos de apreciación también incrementa la cantidad de neuronas en el cerebro. La gratitud y la apreciación fortalecen el sistema inmunológico, además de otros sistemas en el organismo. Mejora la circulación y hace que la mirada adquiera brillo. Según las enseñanzas budistas, esta vivacidad y vitalidad son nuestro patrimonio.
Como toda actitud mental, desarrollar la apreciación es cuestión de costumbre. Cuando estamos entrampados en pautas negativas, parece que no hay nada que apreciar; toda nuestra energía parece centrarse en los problemas. El negativismo tiene su propia lógica apremiante. Sin embargo, aún cuando no nos sintamos particularmente agradecidos, podemos aprender a despertarnos a los aspectos positivos de cualquier experiencia del momento.
Así como adquirimos pautas negativas por la repetición constante de pensamientos y sentimientos negativos, podemos desarrollar la apreciación cultivando pensamientos y sentimientos de gratitud. Todo sentimiento de apreciación, hasta el más pequeño, estimula nuestra energía y nuestro entusiasmo, y nos impulsa a avanzar. Pronto la mente se acostumbra a la energía vital de los sentimientos y los pensamientos positivos, se pone en marcha una transformación interior y nuestra inteligencia y energía asumen nuevas formas.
Podemos comenzar apreciando todo lo que aprendimos y realizamos hasta este momento. Luego, podemos apreciar las posibilidades latentes en nuestras circunstancias actuales. ¿Cuánta más sabiduría y amor somos capaces de vivenciar antes de morir? En momentos de crisis, la apreciación puede ser un potente remedio. Podemos preguntarnos: "A pesar de todos mis problemas, ¿qué hay de bueno detrás de esta situación y en mi vida?" "¿De qué cosas estoy seguro entre tanto cambio e incertidumbre?" Plantearse estas preguntas genera apreciación.
Buscamos soluciones al preguntarnos cosas como "¿Cómo puedo mejorar esta situación?" y escuchando la respuesta. La gratitud por la orientación que recibimos nos ayuda a entender que ninguna condición es definitiva, ningún sufrimiento es desesperanzado. Cada situación nos brinda la oportunidad de abrirnos a un conocimiento más amplio. Al profundizar la apreciación, nace el amor y la sabiduría.
...

2 comentarios:

  1. Que lindo y sabio este articulo! Lo he leido en mi pausa del trabajo y me ha hecho reflexionar. Felicidades por escribirlo y publicarlo! Un abrazo!

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  2. ¡Hola! lulia: te agradezco que me hayas dejado el comentario porque el artículo no estaba bien escrito, faltaban cosas muy importantes que me comí :)), cosas del despertar, por lo visto no estaba despierta del todo cuando estaba leyendo, se me fueron líneas, jejeje...
    Así pues, gracias porque me has dado pie a releerlo y tomar conciencia de los errores, jejeje..
    Un abrazo y bienvenida cuando así lo quieras :)

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