miércoles, 19 de mayo de 2010

Karma. Viviendo con la verdad (IV)


En el budismo, la conexión causa-efecto se conoce como la ley del karma. Todo lo que pensamos, decimos y hacemos -o dejamos de hacer- tiene sus consecuencias. Hasta el pensamiento más fugaz, la palabra más simple, el más pequeño gesto, todo tiene sus efectos. Nuestra conducta anterior nos ha conducido a las actuales circunstancias. La tensión corporal expresa la verdad del karma, así como nuestro cuerpo guarda el registro de nuestro pasado. Si nos falta alguna cualidad en nuestra vida es porque no la introdujimos previamente, sin una causa en particular no podemos esperar el resultado correspondiente. De la misma manera, nuestras acciones en el presente determinan nuestra felicidad futura. Aunque quisieran intentarlo, nadie puede arreglarnos la vida. La gracia no nos llega de afuera, sino de nuestro interior.
Es fácil confundir karma con destino. Y decimos "¡Oh, ese es mi karma!", mientras suspiramos con resignación. Esta respuesta tiende a eximirnos de nuestra responsabilidad, como si dijéramos "en realidad no es mi culpa". La raíz de la palabra karma es "kr", que significa "hacer", "realizar" o "llevar a cabo". Karma se refiere a acción, o motivación y también a resultado. Si la motivación de los pensamientos es impura, será imposible lograr un resultado plenamente positivo. Una intención negativa socava el valor del ser humano y causa sufrimiento innecesario a todos; no puede producir un resultado constructivo. Sólo una actitud positiva puede, eventualmente, generar un resultado positivo.
Dado que nuestra conducta tiende a ser una mezcla de intenciones positivas y negativas, puede resultar difícil distinguir los efectos de nuestros actos. Sin embargo, si aprendemos a seguir nuestras motivaciones en sus desvíos y logramos enderezarlas una y otra vez, con el tiempo obtendremos los resultados deseados. Los actos madurarán según como fueron realizados. Sus resultados revelan nuestra intención. Si las cualidades del cuidado y la atención focalizada son parte de un proyecto, ellas seguramente se manifestarán en los resultados. Formar a una familia en armonía, crear obras de arte para que los demás puedan disfrutar, trabajar para una buena causa, estas acciones generarán karma positivo. Nuestro buen karma se multiplicará geométricamente en la medida en que otros se beneficien de nuestra obra y que los resultados perduren. Karma positivo significa sabiduría en acción.
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(Por un tiempo dejaré cerrada la opción de comentarios. Busco el silencio. Disculpadme, por favor)

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