jueves, 27 de mayo de 2010

¿Puede la mente liberarse a si misma? (I)


Quebrar la ilusión de la mente parece un ideal deseado, pero, en la práctica, ¿en qué consiste? Muchas personas tratan de sustituir con "pensamientos positivos" las ideas perturbadoras que desean eliminar. En la superficie, este táctica puede conducir a algunas señales de mejoría. Se puede obligar a la mente a identificarse sólo con cosas agradables y edificantes. Pero con el tiempo los pensamientos temidos volverán a emerger (Freud llamaba a esto "el retorno de lo reprimido"); hasta entonces es preciso un esfuerzo agotador para mantener un constante autodominio.
Hace algún tiempo atendí regularmente a una mujer que estaba obsesionada por el pensamiento positivo. Dos años antes se le había tratado de un cáncer de mama con buen resultado, pero seguía sumamente preocupada por la posibilidad de que éste se repitiera. Su nerviosismo resultaba obvio para cuantos la rodeaban, pero era lo último a lo que ella quería enfrentarse. Si a mí se me ocurría siquiera decir: "Usted está asustada, ¿verdad?", su sonrisa fija y su actitud optimista me hacían sentir gratuitamente cruel. Además, me sentía más nervioso tan sólo con su presencia. La mujer parecía un cable tenso a punto de romperse.
Por fin, después de sugerir con no demasiada sutileza que ella podía estar adoptando una actitud falsa, le pedí de improviso que dejara de mostrarse tan implacablemente positiva.
-¿O sea que puedo tener pensamientos negativos, si así lo quiero? -preguntó, con patética incredulidad.
-Si, cuando sea natural e inevitable.
De pronto se echó a reír.
-Gracias a Dios -exclamó-. Necesitaba que alguien me diera permiso. He leído tanto sobre el mal que hacen al cuerpo los pensamientos negativos que después de mi operación, me pasé todo el año temiendo que asomara hasta la sospecha de uno. Luego se me ocurrió que el miedo en sí es un pensamiento negativo. No sabe usted lo mucho que es me confundió.
Consideré que en eso había demostrado una impresionante penetración psicológica. Muchas personas, en sus bien intencionados esfuerzos por acentuar lo positivo, no hacen sino aumentar sus problemas en vez de escapar de ellos. Quieren poner fin al sufrimiento, pero eligen equivocadamente la táctica de negar sus verdaderos sentimientos, sobre la base de que son "demasiado negativos" para expresarlos. Analicé en profundidad este tema con mi paciente.
-Prestar atención al miedo y al dolor propios es, para mucha gente, una gran fuente de culpa -señalé-, pues se parece a la autocompasión, rasgo que consideramos equivocado. Pero también es malo negarse uno mismo la compasión que se daría voluntariamente a otros. Todos tenemos dolores ocultos; tratar de suprimirlos no es una virtud. Es sólo una imposibilidad.
"Usted puede considerar que es muy importante mantener una buena actitud, pero las actitudes, por sí solas, no son muy dignas de confianza. Después de todo, ¿quién anima a quién? Dentro de usted todo es sólo usted, aunque crea poder dividirse en una parte valiente, que trata de suprimir o derrotar a una parte asustada. Si una parte se dirige a la otra, diciendo: "Bueno, ahora no cedas, no vayas a perder las esperanzas", ¿no se reduce todo, en realidad, a una especie de juego?"
Ella admitió que probablemente era así, pero no resultaba muy tranquilizador.
-Siempre temí que, si no seguía adelante con el juego, como usted lo llama, me tragarían los pensamientos negativos.
-Y el oponerse a sus pensamientos negativos, ¿les resta potencia? -insistí-. ¿No es sólo demorar el día en que saldrán a la superficie, de un modo u otro? Piénselo. Probablemente usted emplee mucho tiempo en no pensar negativamente. Eso ha de requerirle una vigilancia y un esfuerzo constantes. Sin embargo, tan pronto como afloja esa presión, ¿no afloran los sentimientos negados con doble intensidad? En su lugar, yo no podría apoyar la cabeza en la almohadas sin que me atacara un ejército de pensamientos negativos.
Ella reconoció que acostares a dormir se había convertido en una tortura.
-Los pensamientos negativos vienen por sí solos, pese a la oposición más fuerte -dije-. Es sólo algo que todos debemos aceptar. Si continuamos jugando a rechazar los pensamientos que no nos parecen aceptables, perderemos siempre. La pregunta seria es: "¿Puedo renunciar a todo este juego?". Son muy pocas las personas que tienen en cuenta esa alternativa.
...
(Texto extraído del libro "Vida sin condiciones". Autor Deepak Chopra)

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