Creada originalmente por Haideé Iglesias
El monje Zuigan solía comenzar cada día diciéndose a sí mismo en voz alta:
-Maestro, ¿estás ahí?
-Y se respondía:
-Si, señor, aquí estoy.
Entonces decía:
-Será mejor que te desembriagues.
Y se replicaba:
-Si, señor, así lo haré.
-Estáte atento, que no te engañen. -decía luego.
-Oh no, señor, no, no lo permitiré -respondía.
A cada momento se debe estar atento, despierto, receptivo y consciente ante la vida, ante ti mismo. En constante alerta y a la vez, completamente relajado. Entonces estás vivo, despierto; sino, eres un cadáver viviente.
Me encanta la fuerza de la foto y la profundidad del Maestro.
ResponderEliminarSaludos
Siempr nos das buenos consejos, gracias.
ResponderEliminarUn beso
Hola Haideé, gracias por estos textos, existen momentos en los que me he sentido un cadaver viviente, pero por fortuna son mas los momentos en los que me siento vivo.
ResponderEliminarMuchos abrazos y muchas bendiciones
Gracias a los tres. Y le doy la bienvenida a Javier. Qué lo sigas disfrutando si así es tu gusto :)
ResponderEliminarUn abrazo para todos :)