jueves, 21 de abril de 2011

Los manipuladores (XVI) Distintos tipos. El perverso


Distintos tipos de manipuladores


El perverso

Todas las personas en situaciones emocionales intensas, como por ejemplo los momentos de ira, pueden presentar conductas que se confunden con comportamientos perversos. Pero serán transitorios y rápidamente sustituidos por otros de registros diferente (fóbicos, histéricos, obsesivos, etc.). Pero lo más importante es que posteriormente, estas actitudes serán objeto de autocuestionamiento. En cambio, un individuo perverso es permanentemente perverso, se encuentra fijado a ese modo de relación con el otro y no se pone a sí mismo en tela de juicio en ningún momento. No siente culpa.

Estos individuos sienten la necesidad de rebajar a los demás para adquirir lo que creen "una buena autoestima" y mediante ésta, conseguir el poder. Ellos necesitan dominio, admiración y aprobación. En su afán por conseguirlos no tienen compasión ni respeto por los demás. El manipulador perverso necesita convertir a los demás en "objetos", ya que respetarlos supondría considerarlos humanos y lo llevaría a reconocer e sufrimiento que les provoca.

La perversidad se manifiesta por medio de una fría racionalidad que se combina con la incapacidad de considerar a los demás como seres humanos. Se lo puede asimilar con la personalidad narcisista. Según Otto Kernberg:

...todas las interacciones de estos pacientes (narcisistas) están referidas a sí mismos en medida inusual; tienen gran necesidad de ser amados y admirados y se detecta en ellos una curiosa contradicción entre un concepto muy inflado de sí mismos y la desmedida necesidad de recibir el tributo de los otros. Su vida emocional carece de profundidad; experimentan escasa empatía por los sentimientos de las demás personas:;encuentran pocos motivos para disfrutar de la vida... envidian a otras personas; tienden a idealizar a determinados individuos... y a desvalorizar a otros. En general, sus relaciones con los demás tienen un carácter netamente explotador y en ocasiones parásito. Es como si sintieran el derecho de controlar y poseer a los otros y de explotarlos sin culpa; bajo su aparente simpatía y encanto es posible percibir una naturaleza fría y despiadada...


(Texto extraído del libro "Cómo hacer frente a los manipuladores". Autoras Gloria Hussmann y Graciela Chiale)

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