Algunos ejemplos de la vida real
No soltar la presa
Juan Pablo, profesional destacado en su trabajo en un despacho jurídico en el que entro recién licenciado, siempre sobresale por el esfuerzo y la responsabilidad con que asume su rol. El admira y respeta profesionalmente a una de las abogadas más antiguas del bufete, dos años mayor que él. Andrea es francamente brillante, muy atractiva y con pareja estable.
A los pocos meses de trabajar en el mismo despacho, comienza a ocuparse de casos en común y a compartir almuerzos. Andrea, profesora en la universidad, invita a Juan Pablo a formar parte de la cátedra y comienza a pensar en "sentar la cabeza". En ese momento Andrea le manifiesta un sentimiento de confusión diciéndolo: "Creía que entre nosotros había mucho feeling, pero me estoy dando cuenta de que me pasa algo más contigo".
Lo que sigue son dos años de idas y vueltas sentimentales entre Andrea y Juan Pablo, con periodos de intensa pasión y de alejamiento, que derivan en la ruptura del vínculo que Juan Pablo mantenía con la ayudante de cátedra.. Andrea dice estar enamorada de él, pero continúa con su relación anterior. Este hecho sumerge a Juan Pablo en una depresión.
Poco después, éste comienza un tratamiento mixto (psiquiátrico-psicológico), y una vez superado su estado toma la decisión de cambiar de trabajo con la intención de alejarse de Andrea.
En los dos años siguientes, Andrea utiliza todos los recursos posibles para hacer que Juan Pablo se siente responsable de sus graves problemas de salud (absolutamente fingidos), que presenta como una consecuencia de su alejamiento.
Juan Pablo ha conseguido un puesto importante en una compañía multinacional como abogado en un área lega y, cansado del acoso de Andrea, cambia su número telefónico y toma la firme resolución de iniciar una "vida nueva".
A los ocho meses de estar trabajando allí, se entera por uno de sus superiores de que Andrea se ha presentado a un puesto jerárquicamente superior al suyo mencionándole a él como referente.
He aquí otra característica del manipulador. Como considera que "el otro" le pertenece, no permitirá fácilmente que se aleje de él por voluntad propia. Andrea, habiendo usado varias de las artimañas que usualmente le resultaban exitosas y no habiendo podido obtener el resultado esperado, intenta acorralarlo en su nuevo trabajo. Los manipuladores suelta la presa sólo cuando ésta deja de interesarles. Nunca admiten que sea su víctima quién tome la decisión de apartarse, pues en ese momento vuelve a resultarle "interesante".
En este caso en particular, Juan Pablo, al haber fortalecido su autoestima, puede ver con claridad los manejos manipuladores de Andrea. Además ésta, confiada en su poder de seducción y no aceptando la evolución de su víctima, ha cometido un desliz: mencionar a Juan Pablo como referente. Esto le permitirá a él, al ser consultado por la empresa, desmentir la recomendación y manifestar claramente su oposición al ingreso de Andrea.
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