lunes, 27 de mayo de 2013

La alquimia de la voz (VI) La energía del sonido



La energía del sonido se percibe a través de las vibraciones de tono y resonancia. Imagina que lanzamos una piedra a un estanque y observamos las ondas que se extienden a partir del punto en el que la piedra golpeó el agua. La resonancia funciona del mismo modo, oscilando en ondas a partir del punto de origen y extendiéndose hacia el exterior.
Las leyes de la física nos enseñan que la vida está compuesta de átomos que contienen electrones y protones, partículas de energía cargadas eléctrica y magnéticamente y en constante movimiento. Cuando escuchamos un sonido, cada célula de nuestro cuerpo resuena en respuesta a él creando un movimiento similar, como una fusión. Lo mismo sucede con los "átomos" de los objetos "inanimados". Todos conocemos la leyenda de la cantante profesional que puede hacer estallar una copa de cristal con la voz. Cuando la frecuencia de la nota cantada encuentra un equilibrio armónico con la vibración del cristal, el objeto el objeto resuena con su nota. Sin embargo, si la cantante aumenta el volumen de la nota, su fuerza trastornará el equilibrio acústico de la copa y el cristal estallará.
Otro ejemplo aún más increíble. El sonido también posee el poder de transformar nuestra psique, lo que conlleva cambios en nuestro cuerpo. Una de las historias más fascinantes que he escuchado acerca del poder transformador de la voz me la relató un superviviente del Holocausto. Este hombre estuvo internado en un campo de concentración nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Para aliviar sus sufrimientos y apaciguar a sus captores, unos cuentos prisioneros que habían sido músicos y cantantes se organizaron y formaron un grupo. Prepararon algunas óperas italianas románticas del siglo XIX –obras de Puccini, Verdi y Rossini… y las representaron, puesto que algunos de ellos eran músicos virtuosos que, antes de la guerra, habían tocado en las mejores orquestas europeas. Estos hombres perfeccionaron su interpretación musical hasta tal punto de que los nazis los llegaron a considerar excelentes. Sin embargo, tuvo lugar un fenómeno interesante. Al cabo de un cierto tiempo, a los jóvenes que cantaban los papeles femeninos con voces de soprano o falseto dejó de crecerles el vello facial y comenzaron a desarrollar parcialmente las mamas. Esto resultaba alarmante, pero en el momento en que dejaron de cantar papeles femeninos en escenarios emocionalmente cargados, los cambios fisiológicos revirtieron. Estos jóvenes, que se habían identificado tan profundamente con sus papeles, estaban de hecho afectando al equilibrio hormonal de sus cuerpos.
Lo que ilustra esta asombrosa historia es cuánto puede afectar la voz a la fisiología del cuerpo. A menudo olvidamos que nuestras vidas diarias y mundanas están llenas de dichos que reflejan esta conexión. Por ejemplo, el refrán que afirma que "un problema compartido es un problema dividido" quiere decir que a menudo, aunque el problema siga existiendo después de haberlo comentado con un amigo o un consejero en el que confiemos, nos sentimos mucho mejor simplemente por haberlo expresado en voz alta. Esto implica que, en el ehco de hablar, existe una liberación; al emitir sonido, cambiamos.
Tenemos también los dichos: "Palabras no rompen huesos" y "Palabras no sacan sangre". ¿Alguna vez te hs parado a pensar en lo inexactos que son? Las palabras pueden hacer tanto daño como un golpe físico. Todos hemos sentido el amor que contenían las palabras de un cariñoso cuidador y el daño de aquéllas otras llenas de injurias e insultos, que pueden ser tan violentas como un bastonazo.

(Texto extraído del libro "La alquimia de la voz". Autor Stewart Pearce) 

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