lunes, 11 de octubre de 2010

Chantaje emocional. Introducción (IX) Convertir la comprensión en actos


Hace más de veinticinco años que soy terapueta, he tratado a miles de personas y, si puedo hacer una generalización sin temor a contradecirme, ésta radica en que la palabra "cambio" es la que más miedo despierta. A nadie le gusta, aterroriza a casi todos y la mayoría de las personas –yo incluida somos capaces de volvernos rebuscadamente creativas con tal de evitarlo. Cabe la posibilidad de que nuestros actos nos hagan desgraciados, pero la idea de reaccionar de otra manera resulta aún peor.
Tanto personal como profesionalmente, sólo sé con absoluta certeza lo siguiente: nada modificará nuestras vidas a no ser que cambiemos nuestro comportamiento. No basta con la evaluación. Entender por qué realizamos actos contraproducentes no impide que los repitamos. Machacar al otro y suplicarle que cambie no da resultado tenemos que actuar. Hemos de dar el primer paso por un nuevo camino.

1 comentario:

  1. Estoy de acuerdo amiga; siempre queremos cambiar a los demás, pero si yo no cambio. Si tengo miedo hacer algo diferente; y todo los días son iguales, y encima busco cambiar la actitud de los demás cuándo soy yo la qué debería de coger el toro por los cuernos.

    No es cosa de un día; se necesita días, semanas y hasta meses lo importante es cambiar nuestro forma de ver a los demás; para querer ver un cambio lo primero respeto hacia los sentimientos y sueños de los demás.

    Un abrazo.

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