¿Cómo es posible que tantos seres humanos inteligentes y capaces se muevan a tientas para comprender un comportamiento que parece obvio? Una de las razones radica en que los chantajistas prácticamente impiden que veamos cómo manipulan, ya que esparcen una espesa niebla que encubre sus actos. Si pudiéramos lucharíamos, pero se ocupan de que no percibamos lo que nos ocurre. Empleo la palabra "niebla" como metáfora de la confusión que los chantajistas provocan y como lupa que la difumina. Esta niebla sintetiza el miedo, la obligación y la culpa: los instrumentos que utilizan. Los chantajistas rodean sus relaciones con una bruma que garantiza que nos dará miedo atravesarla, que nos veremos obligados a ceder y que nos sentiremos espontáneamente culpables si no capitulamos.
Como cuando nos sucede –e incluso en retrospectiva– es tan difícil atravesar la niebla y reconocer el chantaje emociona, he elaborado la siguiente lista para que sepas si eres el blanco de un chantajista.
Piensa si las personas que consideras importantes:
- amenazan con volverte difícil la vida si no haces lo que quieren;
- amenazan constantemente con poner fin a la relación si no haces lo que quieren;
- te dicen o dan a entender que se abandonarán, se harán daño o se deprimirán si no haces lo que quieren;
- siempre quieren más por mucho que les des;
- habitualmente dan por sentado que cederás;
- habitualmente ignoran o no hacen caso de tus sentimientos y aspiraciones;
- hacen generosas promesas que están supeditadas a tu comportamiento y rara vez las cumplen;
- te tachan de egoísta, malo, interesado, insensible o descuidado cuando no cedes;
- se deshacen en alabanzas cuando cedes y las retiran cuando te mantienes firme;
- utilizan el dinero como arma para salirse con la suya.
Eres víctima del chantaje emociona si has respondido afirmativamente aunque sólo sea a una de estas opciones. Te garantizo que existen muchos cambios que puedes introducir de inmediato para mejorar tu situación y tus sentimientos.
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